Has cumplido un año más en este cumpleaños, pero todavía eres ese pequeño hijo que sujeto mis dedos mientras aprendía a caminar por primera vez. Seguirá siendo ese pequeño hijo, que me abrazó cuando te compré un regalo. Seguirás siendo ese pequeño hijo que quería que le leyerá una historia cada noche antes de irse a dormir. Debo agradecer a Dios por hacerme el padre de un niño tan maravilloso. También que Dios te bendiga, hijo mía. ¡Much, muchas felicidades en tu día, mi querido hijo!